¡Profetas y profetisas se buscan!
por Gerardo Oberman
¡Profetas y profetisas se buscan!
Que derriben las mesas de quienes en los templos
negocian la gracia de Dios y la convierten en mercancía.
Que denuncien a los apóstoles, pastores, obispos, líderes eclesiales
que callan y conceden a cambio de privilegios. O por cobardía.
Que acusen a quienes falsean el mensaje de la vida abundante para todos y todas,
excluyendo de ella a quienes más sufren, a quienes son diferentes por su raza,
su opción sexual, su condición económica, su educación formal…
Que pateen las puertas de quienes las cierran a un evangelio que incluye,
que sana, que libera, que se realiza en la solidaridad y en la búsqueda de justicia.
¡Profetas y profetisas se buscan!
Que ofrezcan el corazón abierto, desbordando misericordia, sin pedir nada a cambio.
Profetas y profetizas que no teman, que no se escondan, que no huyan,
que no se dejen comprar, que griten aun cuando nadie les oiga…
El viento sabrá llevar su mensaje por los rumbos de Dios.
¡Profetas y profetisas se buscan!
Necesitamos sus voces sacudiendo tanta hipocresía, desnudando falsedades
y nombrando sin medias tintas los pecados que atentan contra la plenitud de la vida.
Necesitamos sus manos señalando a los corruptos, a los traidores, a los asesinos,
a los verdugos de los humildes, a los carceleros de los derechos humanos y de la libertad,
a los que sostienen modelos económicos que traen muerte.
Necesitamos sus ojos fijos en quienes se ríen del dolor de sus prójimos y prójimas,
de quienes se visten con la sangre de sus víctimas.
Necesitamos que no dejen de mirarlos para que sepan que los conocemos:
los señores del capital, los de las semillas transgénicas, los de los venenos,
los de los muros y las cercas, los de las guerras, las armas, las bombas, las invasiones.
los de los discursos misóginos, los fundamentalistas del odio,
los que destruyen la casa común que habitamos sin pudor alguno.
Y necesitamos también sus pies…
Sus pies marcando caminos nuevos que nos mantengan vivas las esperanzas,
que nos animen a seguir andando con fe hacia nuevos horizontes,
hacia lugares donde algún día sean posibles
la paz con justicia y la armonía con equidad entre las gentes.
¡Profetas y profetisas se buscan!
Que nos regalen sus vidas dispuestas a seguir soñando,
cual locas y locos, en otros mundos posibles,
esos que Dios aún anhela para sus hijas e hijos.
¡Profetas y profetisas se buscan!
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