Al borde del camino
(A la luz de Marcos 10:46-52)
Gerardo Carlos C. Oberman (Argentina)
Gritas y te callan,
necesitas y te ignoran,
reclamas y te reprimen,
buscas y te cierran las puertas,
intentas y te desalientan,
te levantas y te vuelven a tirar.
Hay quienes te quieren en el suelo,
al borde de la existencia,
en las márgenes de todo derecho
a una vida plena y justa,
en la periferia de cualquier dignidad,
lejos de toda posible salvación,
en los rincones de la exclusión,
sin acceso a la belleza y a la ternura
de los abrazos que sanan
y nos devuelven el sentido de humanidad.
Malditas y malditos
quienes te quieren invisible,
en silencio,
a la vera de la vida,
sufriendo en soledad,
aceptando lo inaceptable,
tragándote tus lágrimas,
muriéndote sin molestar,
sin perturbar el paisaje perverso
de su mundo sin compasión,
sin empatía, sin alma.
Pero grita, ¡por favor!
No dejes de gritar tu dolor,
tu hambre, tu sed, tu encierro,
tu exclusión, tu maltrato,
tus jornadas sin luz
y sin miradas amorosas,
Porque en medio de la cacofonía
de un tiempo de corazones alienados
hay Alguien que oye tu clamor,
que siente, que no ignora ni pasa de largo,
que puede, que ama, que sana, que libera,
que se detiene a tu lado y te tiende su mano,
que te levanta y te invita a caminar a su lado.
Gerardo Carlos C. Oberman
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