Invocación para Pentecostés
(Sobre Hechos 2:1-11)
Margarita Ouwerkerk, Argentina
Espíritu de Dios, rompe nuestro silencio,
irrumpe en nuestras vidas con poder.
Que retumbe en nuestro ser el estruendo de tu llamado,
que haga ruido y nos sacuda de nuestras quietudes estériles.
Que el impacto de tu presencia despierte nuestros reflejos,
que resuenen en nuestros oídos sonidos nuevos, contundentes,
claros, profundos, que no podamos callar.
Que se encienda en nuestras almas tu divina esencia,
que nos impulse a declarar con certeza
que hay plenitud de vida para todos y todas,
tal como en los sueños y visiones,
pero ahora, concretándose frente a nuestros ojos.
Que nuestros labios se unan al sonido potente de tu Espíritu,
que nuestros cuerpos se muevan con gracia, acordes a tu orden,
y con alegría se ofrenden para construir juntos los sueños y visiones
compartidos por tu Espíritu.
Que se unan los pueblos, sin importar idioma o raza,
para reconocer y proclamar las asombrosas maravillas de nuestro Dios Creador.
Vengas de donde vengas, que el Espíritu nos una para alabar,
reconocer y bendecir la grandeza de su presencia.
Margarita Ouwerkerk
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