La bendición de Noemí. Se llamaba Rut (Cf. Rut 1:1-18)
Jorge Daniel Zijlstra Arduin (Puerto Rico-Argentina)
Pedimos la bendición de Dios, bendición que es como aquella mujer solidaria de nombre Rut, que no deja sola en el sufrimiento a su suegra Noemí, vulnerable y viuda, a quien le promete, le asegura y le hace concreta su presencia junto a ella.
Que así nos bendiga Dios con la bendición de su presencia que nos permite caminar juntas y juntos -a pesar de ser tan diferentes- reconociéndonos agarradas y agarrados de la mano del otro, de la otra y de Dios.
Que la presencia y bendición de Dios no se aleje de nuestro pueblo, ni de los dolores, los desafío y los sufrimientos que nos aquejan.
Recibamos la bendición del abrazo y el gesto solidario que se hace presencia de Dios entre nosotros y nosotras, nos mantiene lado a lado, unidos, inquebrantables, cercanas y tiernos, con la fidelidad de una amiga, de una hermana que nos asegura -como Tú lo haces Dios bueno- que «a donde tú vayas, yo iré contigo y dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo, será mi pueblo» y yo seré tu Dios.
Que así nos bendiga Dios, hoy y hasta el día que emprendamos el regreso. Vayamos a la vida en paz y sepamos que al reencontrarnos estaremos juntos, juntas, tras los pasos de Jesús y siempre, siempre, siempre, en las manos del creador y sustentador de la vida.
Amén.
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