Tan simple, tan olvidado
Gerardo Oberman (Argentina)
Tan simple,
tan olvidado,
tan poco predicado,
tan poco cantado,
tan poco vivido,
tantas veces rechazado
y tantas más tergiversado.
La más cabal expresión
del amor divino, nacido humano
en la periferia y la marginalidad
abrazó al mundo para establecer
un nuevo proyecto de justicia:
derribar de sus pedestales
de ambición, de odio y de soberbia
a los poderosos sin alma
y a exaltar y dignificar y reivindicar
a las personas humildes,
a las siempre despreciadas,
a las siempre excluidas.
Celebrar la Navidad
implica vivir a plenitud
este regalo de la gracia divina.
Si encendemos una luz, será esa luz:
la de la justicia para nuestro tiempo.
Si cantamos villancicos e himnos
y visitamos los templos
y organizamos pesebres vivientes
y conciertos y actividades especiales
será para activar la conciencia
de un mundo adormecido o anestesiado.
Tan simple,
tan radical,
tan subversivo
del conformismo religioso
y de una fe edulcorada.
Y tan olvidado…
Recuperemos,
por amor al Jesús del pesebre,
la memoria del sentido evangélico
de aquel nacimiento revolucionario.
Para que sea, realmente,
Navidad.
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