Te llamo amigo
por Gerardo Obermam
Un día,
mientras te despedías de la vida,
preparándote para saludar
la Vida de verdad,
saludaste a tus discípulos
llamándolos amigos.
Lo hiciste desde el amor,
desde la confianza,
desde el deseo profundo
de sentirte acompañado
en un proyecto,
en una misión,
en un camino,
en una propuesta
nueva y revolucionaria,
transgresora del orden
y anunciadora de plenitud
para todos y todas.
Lo hiciste esperando respuesta,
anhelando un gesto
de aquellos que, en silencio,
te escuchaban.
Sus respuestas
no tardaron en llegar.
Uno te traicionó,
por unos pocos pesos;
pero aún así,
cuando su beso tocó tu mejilla,
le repetiste:
“amigo, haz lo que tienes que hacer”.
Lo amaste aún en la traición
que te llevaría a la muerte…
Otro te negó, ¡tres veces!
Y cuando lo miraste a los ojos,
lo amaste y lo perdonaste
hasta hacerlo llorar.
Otros corrieron a esconderse,
dejándote solo en la hora
en que uno espera que los amigos,
los de verdad, estén.
Pero los buscaste,
caminaste con ellos,
entraste en sus casas,
preparaste su desayuno
mientras intentaban volver
a su antigua vida,
partiste el pan…
hasta que, al fin,
sus ojos se abrieron.Hoy, consciente de mis traiciones,
de mis negaciones,
de mis ausencias,
de mis desaciertos,
de mis abandonos,
de mi fragilidad,
de mi débil fe,
de mis ojos ciegos,
de mis manos quietas
y aún de los besos sin amor,
quiero escucharte, Señor,
necesito escucharte,
diciéndome, a pesar de todo,
“te llamo amigo”.
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Admin
31, octubre 2016 8 años ago
Muy buen recurso